La acupuntura dispone de estudios científicos que evidencian su eficacia en el abordaje de numerosas condiciones de salud y a través de los avances tecnológicos se entiende mejor su mecanismo de acción y las bases de su funcionamiento.
Sin embargo, hasta ahora, no hay tantos ensayos clínicos como nos gustaría, por su coste y poca disponibilidad de empresas interesadas en esta materia. Aunque últimamente parece haber más interés por estudiarla y documentarla, existes miles de artículos de valor científico de los que se puede disponer.
Hay una sólida evidencia científica de su base neurobiológica, sus efectos se producen en el sistema nervioso como neuromodulador estimulando las fibras nerviosas periféricas enviando impulsos a la médula espinal activando varios centros cerebrales para liberar neurotransmisores. A través de la inserción de la aguja en los músculos, fascias, cercanía de tendones o tejido óseo, se ejerce un efecto homeostático en todo el cuerpo, accionando funciones biológicas que producen cambios sobre los mecanismos fisiopatológicos.
Se ha podido ver con pruebas de diagnóstico por imagen que la estimulación por acupuntura afecta a diversas áreas del cerebro: ganglios basales, zona somatosensorial II, cerebelo, tálamo, hipotálamo, sistema límbico, ínsula y otras zonas y que con la acupuntura llega más oxígeno a la zona que se quiere tratar
Los potenciales evocados corticales somatosensoriales han mostrado que los canales de acupuntura son pasajes bioeléctricos que permiten la transmisión de impulsos.
La acupuntura modula la actividad neural a través del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal ejerciendo influencia en las funciones autonómica, endocrina e inmune, regulando la homeostasis liberando ACTH, vasopresina y cortisol. La acupuntura tambien actúa sobre el sistema límbico y la integración talámica.
El uso más extendido de la acupuntura es para el tratamiento del dolor donde se activan sistemas de opiáceos endógenos alterando la respuesta al dolor, modulando los circuitos de dolor en la médula espinal, tronco encefálico y diencéfalo. Los estudios por imagen han mostrado que la estimulación por acupuntura, con la inserción de agujas activa estructuras de inhibición descendente del dolor, demostrando que la acupuntura asume una vía central en el control del dolor.
Más recientemente se ha demostrado la analgesia acupuntural por activación de receptores de adenosina tipo 1 y la posibilidad de regulación mediante modulación del sistema purinérgico. La adenosina se sintetiza en el riñón y su acción en el corazon evita que las plaquetas de agreguen, disminuye ritmo cardíaco y tiene efecto sedante e inhibitorio sobre actividad neuronal
Se ha observado en diferentes estudios que cuando ocurre una lesión en la piel después de una herida, la adenosina actúa como un analgésico local natural aumentando sus niveles logrando así reducir el dolor. Por lo cual al clavar la aguja aumenta la liberación de esa sustancia a nivel local con efecto analgésico, antiinflamatorio o vasodilatador.
Se sabe que la adenosina desempeña distintas funciones en el organismo, incluida la regulación del sueño y la reducción de la inflamación.
Otra de las sustancias que se estimula es el gaba, un aminoácido que actúa como neurotransmisor inhibitorio, presente prácticamente en todo el cerebro y tiene acción relajante.
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462012000600007